miércoles, 7 de abril de 2010
EL CAÍN DE JOSE SARAMAGO.
Con motivo de la Semana Santa (un tiempo de reflexión, dixit) escribí un post en el que pretendía reivindicar la reputación de Judas Iscariote, propósito que lo tenía latente desde mi infancia. Aquella vez afirmaba que el Dios que nos mostraban las Escrituras Bíblicas era injusto, desde el Génesis. Dios había sido injusto también con Caín. Incluso, dejando volar la imaginación, postulaba la hipótesis de que Dios podría haber sido sentenciado aplicándose la teoría roxiniana de la autoría mediata (claro, cuando no, pensando siempre como abogado).
De seguro no sea el único que piense de ese modo, tal vez mi blasfema osadía sea ya trillada, trasnochada y ya nisiquiera sea ni osadía ni blasfemia. Filósofos, religiosos, escritores han elucubrado bastante sobre el tema.
La literatura es el medio, por antonomasia, natural para sacar a la luz nuestros demonios internos, para especular, para fantasear ilimitadamente.
Precisamente el genial José Saramago escribió recientemente (no tan recientemente si nos remontamos al año próximo pasado) a sus 86 años, edad en la que muchos están luchando con la artrosis, la demencia senil y demás estragos que el implacable paso del tiempo van minando cuerpo y alma, una novela: Caín. La novela llegó a mis manos luego de haber escrito acerca de Judas Iscariote, de haberla leído antes la habría citado sin duda. En ella, manejando magistralmente la ironía y el humor, se burla de algunos pasajes del Génesis, y la Biblia en general, y nos invita a filosofar acerca del Dios que él considera no solo injusto sino impredecible, celoso, malvado, ruin, inmoral, etcétera (como ya lo había hecho años atrás en "El Evangelio según Jesucristo").
Para Saramago Dios es el autor mediato en la muerte de Abel, veamos: “(…) Qué has hecho con tu hermano, preguntó, y Caín respondió con otra pregunta, Soy yo acaso el guardaespaldas de mi hermano, Lo has matado, Así es, pero el primer culpable eres tú, ya habría dado mi vida por su vida si tú no hubieses destruido la mía (…), Sacrilegio, Lo será pero en cualquier caso nunca mayor que el tuyo, que permitiste que Abel muriera, Tú has sido quién lo ha matado, Si es verdad, yo fui el brazo ejecutor, pero la sentencia fue dictada por ti (…), Tan ladrón es el que va a la viña como el que se queda vigilando al guarda, dijo Caín (…)”.
Les invito a leer el libro y saquen vuestras conclusiones ustedes mismos.
CREDITOS.
La imagen ha sido tomada de acá.
Etiquetas:
Caín,
El Evangelio según Jesucristo,
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